El mapa se ajusta a la cartografía oficial establecida por el Poder Ejecutivo Nacional a través del Instituto Geográfico Nacional (IGN) y además está acompañado de un texto que presenta al Proyecto SIAPCM como una iniciativa que contribuye a la conservación de la biodiversidad y a la sustentabilidad del desarrollo en el gran ecosistema costero-marino argentino.
El texto se refiere al ecosistema costero-marino argentino, las áreas protegidas en ese contexto, y el fortalecimiento de su gestión a través del desarrollo de capacidades y la implementación de planes de manejo, cuyo número se duplicó entre 2010 y 2014.
Finalmente pone el acento sobre cinco lineamientos claves para garantizar en el futuro el bienestar del ecosistema costero-marino argentino: la conservación de la biodiversidad, el fortalecimiento de las áreas protegidas, el desarrollo y fortalecimiento de capacidades, la planificación estratégica , el ordenamiento ambiental; y la reducción de la vulnerabilidad a los cambios climáticos.
El ecosistema costero-marino argentino
Este gran ecosistema se extiende por casi 5000 kilómetros desde la desembocadura del Río de la Plata hasta el sur de Tierra del Fuego e incluye la mayor parte de la plataforma continental argentina. Es uno de los espacios marinos más productivos del mundo.
Sus aguas sostienen una biodiversidad de relevancia global, con grandes poblaciones de aves y mamíferos marinos que se reproducen en las costas de Argentina y en zonas distantes tales como la Antártida y Nueva Zelanda, formando enormes colonias en sitios específicos a los que regresan cada año.
Este ecosistema alberga más de la mitad de población reproductiva del Pingüino de Magallanes, con más de un millón de parejas; más de la mitad de la Población de Albatros de ceja negra, con unas 300.000 parejas; unas 4000 Ballenas Francas Australes, que representan un tercio de la población mundial; más de 60.000 Elefantes Marinos del Sur y unos 100.000 Lobos marinos del Sur.
La importancia de ampliar y fortalecer las áreas protegidas costero-marinas radica en que la región se encuentra en pleno desarrollo y muchas de las ciudades costeras crecen rápidamente, incrementando la presión sobre los ambientes costeros y presentando nuevos desafíos para la conservación del ambiente y la convivencia armónica entre la vida silvestre marina y las crecientes actividades humanas.