A pesar que el gobierno de Japón anunció que acatará el histórico fallo de la Corte Internacional de Justicia tras la demanda instaurada por Australia por la denominada caza “científica” de ballenas en Antártica (JARPA II), no se ha pronunciado respecto a la continuación del programa “científico” en el Pacífico Norte (JARPN II) que debería iniciarse dentro de pocas semanas y que incluye la captura de ballenas minke, sei, de Bryde y cachalotes.
Para Elsa Cabrera, directora ejecutiva del Centro de Conservación Cetacea (CCC-Chile), las palabras del ministro de pesca japonés “son propaganda similar a la difundida para violar durante más de 27 años la moratoria global sobre la caza comercial y transgredir por 20 años el santuario de ballenas austral”. La ambientalista explicó que la caza a gran escala de ballenas en aguas internacionales no responde a ninguna tradición milenaria sino que fue establecida tras el fin de la segunda guerra mundial para proveer de proteína barata al pueblo japonés. “Esta es una de las razones que explica la falta de mercado productos de ballena en Japón” agregó Cabrera.
Las ONGs latinoamericanas que apoyan al Grupo Buenos Aires, que Argentina integra, coinciden en la necesidad que el fallo de la Corte se cumpla de manera inmediata y efectiva; y se avance hacia el cierre de todas las operaciones balleneras que violan la moratoria adoptada por la Comisión Ballenera Internacional de 1982,que comenzó a ser implementada desde 1986. Al respecto afirman que el Grupo Buenos Aires debe cumplir un rol activo en este proceso, apoyando la resolución de la Corte y rechazando la continuidad de estas matanzas ilegales.
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